CUADERNO DE BITÁCORA


Wallada I



“Bebed su claro don, su lucidez en la sombra, en los brazos amantes de ese azul inspirado, y abrid los ojos sobre la belleza del mar como del amor”.
Miguel Hernández




MARE NOSTRUM

Mediterráneo,
de aguas azules
con reflejos de cielo.

Velas desplegadas
de barcos que lo surcan.

Cantos de sirenas
en tarde calurosa
con su cabello al viento
salpicado de olas.

Mareas que cuentan
hazañas de otros tiempos,
reflejando en sus playas
la historia de la historia.



II

Poseidón en la noche
celoso de su reino
navega con rudeza
en briosos corceles
seguido de tritones.

Espejismo de mares,
con latidos del alba.

Enamorado eterno
cuando el día amanece,
como furtivo amante,
te acercas sigiloso,
y en beso interminable
acaricias como un mimo
las costas de tu amada.



SOLEDAD DE OCRES

Cansado está mi corazón
de mares turbulentos.
Se ahoga entre las olas
que avanzan despiadadas
arrollando a su paso
las aguas que lo cubren.

No veo cielos azules
que aplaquen la tormenta
mitigando el cansancio
de tanta singladura.

Me escondo entre las rocas
de marea indecisa,
en soledad de ocres
navegando dormida
bajo bandera blanca.

Deseo que recorra
por mi cuerpo cansado
fluidos de bonanza,
con sus aguas templadas,
llevando a buen puerto
a esta nave escondida
que dé paz a mi alma.


MICAELA
I

¡Oh! Mascarona.
Te pusieron en la proa del navío
como capitana y señora de los mares.

Tallada en roble
vestimenta del segundo imperio
cabellera estática
cubriendo la frente con tus rizos,
ojos de porcelana,
mirada fija oteando el horizonte,
espíritu del buque y tripulantes,
guía y protectora de la nave.

Pero esa bruma en la noche y la galerna
para siempre cerró tu travesía.

Con grandes estertores
palpitó tu barco entre las aguas.
Fue inútil tu esfuerzo
enfrentándote a un mar embravecido.
Te fuiste con él, a negros abismos fantasmales.




II

Lágrimas de sal en tu mirada,
rotas tus venas de resina,
heridos tus brazos en la lucha.
Te hundiste con dolor estéril.

Las estrellas
golpearon el cielo con su llanto.
Serafines cantaron en silencio,
se iluminó la noche con fuego de San Telmo
fue un triste pesar perder tanta grandeza.

Sueños serán ahora tus recuerdos
“mi inmóvil navegante”
guiada por albatros
cubiertas por la nieve de su blanco plumaje,
coronada por olas desde siempre
acariciando tu cuerpo con su espuma.


III

Bella mujer hecha de roble
fuiste sultana del navío,
Diosa del mar mecida por los vientos,
espejismo de azul de madera que sueña.
De rostro ennegrecido
por el sol y el batir de los mares.

Ahora serás invisible presencia
en la aurora
dejando atrás la estela
de tus muchas singladuras.
Ya sólo verás de por siglos
¡Oh mi Mascarona!,
el negro y húmedo lecho
de una noche sin fin
en tu reposo eterno.




JÁBEGA ROTA


Varada en la arena olvidada en las sombras
yace sola en la playa.

Con tus cuadernas rotas de maderas resecas
cubiertas por la sal y el batir de las olas.

Oteas el horizonte como geisha confusa
sin comprender nada.

Con tus ojos pintados en la amura del barco
con lágrimas de mar, inconsolable lloras.

Tienes miedo a la noche no ves brillar la luna
ni estrellas que te guíen como en pasados tiempos.

Tú preguntas al viento ¿por qué te abandonaron?
Él, orgulloso, pasa sin contestarte nada.

¡Ay, mi jábega rota!, de bellos ojos grandes
sola y triste en la playa.

No te has dado cuenta que a lo viejo y cansado
ya no lo quiere nadie.




OLA

Creció la ola
sin rumbo ni timón
como caballo blanco desbocado.

Siguió avanzando
hasta romper con fuerza
en el marrón y agreste acantilado.

Su espuma
se desprendió de ella como estrellas
formando
una corona de diamantes
que ofreció a la playa de regalo.

LOLA R. MAURAZOS en Wallada VI


Ilustradora: Mar Hernández Azorín



REQUIEM INACABADO


I


Noche cálida
de peregrinas nubes
somnolientas estrellas
cristalina su Luna
inacabado sueño
magnolio que florece
de acariciante aroma
perfumando tu cuerpo
esbelto como el viento
que trae a mi recuerdo
inolvidables días,
como tiempos lejanos
se fueron navegando
por mares infinitos,
cabalgando entre olas,
perdidos en la noche,
buscando entre la bruma,
llorando con el alma
de cóncavos espejos.

Sigo soñando, amor
Sigo soñando.





De Wallada, el nº 7
Edita: Alas
Patrocina: Instituto de la Mujer. Junta de Andalucía.
Impreso en Anarol, S.L. - Málaga
ISBN: 978-84-611-8224-4
D.L.: MA-14-1436-2007

Nota:
Requiem inacabado consta de ocho poemas.
Es precioso.
Adquieran el libro en las librerías Proteo, Prometeo y Ocasión de Málaga.
El grupo ALAS es una asociación sin ánimo de lucro cuyo fin es empoderar a las mujeres escritoras y artistas.

LOLA R. MAURAZOS EN BREVIARIO, de ALAS



EL TEJEDOR DE SUEÑOS

Mario desde muy pequeño, fue un gran tejedor de sueños. No pasaba una noche en la que no soñara con multitud de cosas.
Fueron pasando los años y él seguía y seguía soñando; pero había un sueño en especial que se le repetía constantemente: la Muerte. La veía como una mujer bellísima, vestida de negro, que lo abrazaba.
Esto lo tenía fascinado.
Llegó a tal extremo, que tan sólo pensaba en que llegara la noche para poder volver a verla.
El sábado último, como era habitual, soñó con la Muerte.
Pero, esta vez, lo que vio fue a una mujer de una fealdad extrema, escuálida, huesuda, cadavérica, que lo abrazó con fuerza, y se lo llevó para siempre.
Sólo que esta vez, vestía de rojo.


LA CORBATA AZUL

Después de un duro día de trabajo, al fin llegué a mi pequeño apartamento.
No tuve ánimos ni para desvestirme. Me quité los zapatos y me lancé literalmente sobre mi butaca, quedándome dormido.
No sé el tiempo que transcurrió. Sólo sé que desperté con un malestar tremendo. No podía ni respirar. Me faltaba el aire.
Sentía como si unas manos invisibles, grandes y fuertes, apretaran más y más mi garganta.
Hice esfuerzos sobrehumanos para liberarme de ellas, pero siguieron apretando hasta dejarme sin vida.
En un destello comprendí que la asesina era mi corbata…



NUEVOS INQUILINOS

Desde que unos nuevos inquilinos habían ido a vivir al piso de enfrente, no sabía lo que era dormir.
Todas las noches organizaban unas peleas, seguidas de llantos lastimeros, que era imposible conciliar el sueño. Hasta que decidí montar mi catalejo, sacarlo a la terraza, y ver si podía averiguar qué era lo que pasaba.
Apagué todas las luces, y empecé mi investigación. Un sudor frío recorrió todo mi cuerpo.
No se peleaban, ésta era su forma de comunicarse.
Ellos eran alienígenas.


INVASORA

Al pasar por el salón, vi una gran mancha oscura de los visillos.
Me puse las gafas para comprobar de qué se trataba.
Quedé rígida. Mi cuerpo era un témpano. El terror me atenazaba. No podía articular palabra para pedir auxilio, ni salir corriendo.
Una fuerza superior me sujetaba al suelo.
Mi angustia era patente, y mi desesperación extrema.
La mancha oscura era una cucaracha.

SABER DE

LOLA RUÍZ MAURAZOS, poeta y pintora Naíf con múltiples exposiciones, ediciones de poesía y diversos premios en ambas modalidades.

Incluida en la Guía de Artistas Contemporáneas del Instituto Andaluz de la Mujer y en el Diccionario de autores Corona del Sur. Su nombre figura entre los poetas contemporáneos que forman parte del Monumento Escultórico del Parque de la Paloma en Benalmádena, el llamado "Jardín de los Poetas".
Parte de su obra está incluida en los fondos Bibliográficos del Instituto de estudios Jiennenses de la Diputación de Jaén. Ha participado en varios libros homenaje de poetas consagrados, colabora en revistas de Jaén y Málaga.
Le fue impuesta la Niña de Benalmádena en oro por su participación Actos Culturales.
Su obra literaria, relatos y poesías, ha obtenido varios premios:
Primer premio de poesía Diputación de Jaén. Segundo premio de poesía Ayuntamiento de Córdoba. Primer premio de relato de Ágora. Primer premio de poesía Ayuntamiento de Jaén ganado dos veces. Primer premio de poesía y relato Fraternidad ganados en años consecutivos.
Es coautora de los libros de poesía y relato: Lazos/Rosas sobre papel/ Abanico/Brisas de Octubre/Poemas a Benalmádena/Wallada II y Breviario de ALAS.
Destacada Pintora Naíf. Su obra es reconocida y expuesta en tres museos Internacionales Europeos: Guimares en Portugal, Beges en Francia y en Jaén, España.